La palabra Qi Gong (Chi Kung) combina dos ideogramas: Qi, energía y Gong, trabajo. En el sentido más extenso de su significado, podemos considerar como Qi Gong cualquier ejercicio o conjunto de ellos que tenga por principio fundamental el trabajo, cultivo o desarrollo del Qi, entendiendo por Qi el aliento vital que anima a todos los seres vivos y que atraviesa todas las formas de la materia, orgánica o inorgánica. Por tanto, se enmarca dentro de las disciplinas en las que se potencia el cultivo interno.
Al igual que el Universo, nuestro cuerpo es un todo integrado y cada una de sus partes se relaciona con las demás y depende de ellas. Conforme avanzamos en edad y, particularmente, si nuestro estilo de vida es sedentario, dejamos de usar progresivamente algunas partes de nuestro cuerpo y en consecuencia dejamos de movernos con la misma fuerza y ligereza de la juventud y olvidamos cómo vivir plenamente en nuestro cuerpo.
A diferencia del simple ejercicio físico, el Chi Kung está pensado para vigorizar cada órgano al mismo tiempo que fortalece la musculatura. La práctica es suave y no precisa de tensión muscular, de forma que resulta sencillo alcanzar un estado de paz y serenidad. Utiliza la meditación estática o los movimientos para aumentar y regular la circulación del Chi en el interior del cuerpo. Así, su práctica diaria mantiene la salud y el equilibrio físico y mental, por lo que previene enfermedades, que en términos de Medicina Tradicional China no son más que desajustes energéticos.